sábado, 27 de noviembre de 2010

Tantibus mortale

The nightmare Johann Henri Füssli 1781
Bebí el líquido, comí y fume la hierba y poco a poco caí en el sueño psicodelico. Ahí observe su mano descarnada, su olor fetido en mi nariz adormecida. Llego el íncubo a mi lecho, se poso en mi y sacio sus apetitos carnales. ¿Dormía? ¿Mori? Fue acaso una pesadilla que se vuelve eterna cuando mi existencia me es arrebatada por un demonio mientras la montura infernal intenta mirarme inutilmente ante su ceguez.
Que maldición he desencadenado para que la omnipresencia, la tortura deje de apiadarse de mi, y los mas mounstrosos horrores y dolores fisicos me atormenten asi.
He muerto y no. El demonio permanece y solo píenso en el momento en que mi mortal cuerpo sea entregado a las llamas o yacerá bajo la tierra en el ataud de madera astillada en este cementerio camposanto.