sábado, 26 de mayo de 2012

Fuego que calcina y transforma

Pecados y herejias arderán
El fuego es tu aliado, lo ha sido siempre desde que prometo lo entrego a los hombres. Que maldita suerte cuando descubrimos que era una herramienta Homo homini lupus.
Con maderos, carbón o hierro ardiente los hombres han sido y son los verdugos de otros hombres, quemar sus carnes para una entrega a tus cadavericas manos.
No importan aquí los gritos o suplicas, el olor a carne quemada, la entrega a ti diosa blanca es precisa, exacta, cruel, inhumana pero al fin perfecta.
Hogeras que arden y queman, hogeras que alumbran la noche de la demencia, cuandos las ordas avidas de sangre y ritual se entregan al morbo de observar como te llevas a uno de los suyos con inmenso dolor.
La aberración, el horror, la sinrazón. La noche cobija nuevamente el horizonte y mientras la luz de las llamas ilumina los rostros lujuriosos y sadicos, se escuchan las herramientas que escarvan la tierra fertíl a la cual seran entregadas las cenizas resultantes de la combustión de carne, piel, cabello y huesos. Un rito perfecto en este sombrio Cementerio Camposanto.

viernes, 9 de marzo de 2012

Catacumba eterna congregatos ad mortem


Se que te he conocido antes del final. Me arrepentí como Lutero y logré la salvación eterna, eso dicen.. ja, ja, ja - ilusos¡
Pasan la lunas y me mofo en tu cara, te he ganado la batalla con este virus en mi cuerpo, pensaste que podrias dominar a los seres, pero somo dos especies que se creen no exietntes por los hombres. Escriben sobre mi, han creado un mito,literiario y cinematogtrafico y ¿como no hacerlo? soy el reflejo de tu impotencia, a mi no puedes dominarme estupida dama blanca.
Beber hemoglobina me da actividad motriz, la sensualidad y el erotismo son mi arma de alimentación con la debil carne pecadora sexual de las feminas y los masculinos.

El coito es el momento perfecto de deborarlos como lombrices a un pedazo de carne putrefacta.
Tu observas con placer como te los entrego uno a uno, cuerpos inertes que engrosan las filas de tu jardin de animas; si finalmente soy tu complice pero también tu imposibilidad.
Beber de este calíz despues de exprimir el líquido carmesí me llena de placer orgásmico inugualable.
Tomo un cuerpo, lo erotizo, lo entrego al placer carnal y despues lo consumo poco a poco entre gritos de dolor  y horror en las miradas, nada pueden hacer ante este  poder animal que les debora. Sus mentes quedan extasiadas y asi te los ofresco, como sacrificio de un ritual alimenticio.
Pasan lo siglos de esta macabra complicidad, de esta mancuerna del mal, despues de todo que soy yo sino un jardinero más de tu cementerio camposanto.
Ven dame tu mano...




sábado, 4 de febrero de 2012

Absens materno dolor


Eterna ausencia
Aquí esta mi cadaver que ahora es solo huesos. Milenios han pasado desde que sentado queda aqui, esperando. El señor del Xibalbá me llevo al inframundo, pero se que fuiste tu la que realmente decidio. Una enfermedad dicen que fue el conducto a tu mortaja, se que no es así. Despues de tanto dolor y sufrimiento quede en trance mortuorio, hipnotizado por tu hechizo, trepanado, sangrante con la piel del craneo agrietada y escurriendo de rojo liquido, mi rostro empapado quedo. Cochinilla pense que era tras pintarme la cara de rojo para el ritual a los dioses. Algunos les han arrancado el corazón palpitante, ¿y tu? Gozosa observaste, babeante de delirio tomaste sus vidas en tus manos y los llevaste a la ausencia.
Intlaneshtla intonatiu, el sol brillaba y tu reias de nuestra desgracia que es tu fortuna. Mi madre se que sufrio, bien lo se. La madre tierra, la pacha mama, la madre del maíz el señor del ometeotl es el unico que puede retarte por que de ti no depende su destino.
Mi carne ha sido devorada por los gusanos, mis huesos quedaron expuestos y los hombres aun vivos me exponen en esta vitrina en nombre de la ciencia moderna.
Los visitantes observan mis huesos con curiosidad, con una mirada perversa y morbosa, los hombres gozan de ver tu obra, gozan de ver los cadaveres mutilados y sangrantes.
Pero malditos sean aquellos que con morbo me miran, al final ellos estaran también aqui puteractos, pestilentes y morbidos en est cementerio camposanto.