miércoles, 7 de enero de 2009

Noche que recorre los huesos con sus frías corrientes de aire.
Oscuridad que recorre recovecos de las almas despiertas esperando el alba para esconderse en sus tumbas.
El sonido de un Organo a la distancia. Al fondo del pasillo del mohoso edificio que alberga los recuerdos de alguien que vivió en carne y sangre historias el siglo pasado.
Las frecuencias radiales de un oxidado receptor que sintoniza la amplitud modulada envían ondas sonoras que evocan un órgano con sonidos caóticos.
Los acordes recuerdan que la vida no es lo que uno cree. Y que aquellos que han remembrado quedarse en este espacio mortal arrepentidos fallecieron con inimaginables dolores físicos que les llevaron a pedir el final a gritos desesperados.
Noche de almas perdidas. Noche de tortuosos recuerdos. Noche en la ciudad del cementerio camposanto.