sábado, 26 de mayo de 2012

Fuego que calcina y transforma

Pecados y herejias arderán
El fuego es tu aliado, lo ha sido siempre desde que prometo lo entrego a los hombres. Que maldita suerte cuando descubrimos que era una herramienta Homo homini lupus.
Con maderos, carbón o hierro ardiente los hombres han sido y son los verdugos de otros hombres, quemar sus carnes para una entrega a tus cadavericas manos.
No importan aquí los gritos o suplicas, el olor a carne quemada, la entrega a ti diosa blanca es precisa, exacta, cruel, inhumana pero al fin perfecta.
Hogeras que arden y queman, hogeras que alumbran la noche de la demencia, cuandos las ordas avidas de sangre y ritual se entregan al morbo de observar como te llevas a uno de los suyos con inmenso dolor.
La aberración, el horror, la sinrazón. La noche cobija nuevamente el horizonte y mientras la luz de las llamas ilumina los rostros lujuriosos y sadicos, se escuchan las herramientas que escarvan la tierra fertíl a la cual seran entregadas las cenizas resultantes de la combustión de carne, piel, cabello y huesos. Un rito perfecto en este sombrio Cementerio Camposanto.