domingo, 22 de febrero de 2009

ALMAS ASESINADAS




GROTESCO. CRUEL. VIL.
Asesinar arrebarta la existencia sin titubear. Tomar un objeto punzocortante e incrustarlo. Presionar el cuello, ahogar, usar armas. Todas estas acciones conducen al lado oscuro.

Pero... cundo el arma artera termina la existencia de un niño, el acto -como en Frankentain de los 40- genera en el vulgo mayor exaltación y sed de venganza. Aún cuando gatilleros arrancan la vida de una criatura indefensa.

¿Que oscuros sentimiento logran que un ser humano arrebate lo mas preciado que algunos creen tener?

El cinematógrafo en sus salas oscuras a teorizado al respecto. Pero la realidad nos ha mostrado otros oscuros recovecos y sanguinarias imágenes mediáticas para el horror y morbo mas entrañables. Asesinos en escuelas, gatilleros despiadados, psicopatas desquiciados...

Esos oscuros secretros escurren y bañan calles y barrios. Hilvanan historias y causan curiosisdades al respetable. Y ahí... en esa extraña sensación que se comenta en el mundo existe ese lado oscuro visible del hombre y la mujer.

Fosa común, cementerio clandestino, narcofosa o cualquier otro nombre es irrelevante. todo es parte de lo mismo. Es la muerte en el cementerio camposanto.

sábado, 14 de febrero de 2009

Réquiem por un suicidio


El suicidio es absurdo escribio Albert Camus...

La derrota de la exiStencia. El alejarse de aqui y perder la escencia en unos minutos por voluntad propia. No se entiende pero ocurre.

Muerte por decepción amorosa, por desesperación ante un mundo que no tiene ya alternativas, por no poder frenar vejaciones y abusos en una situación imposible de sobrellevar.

El acto. Incolŭmis. glorioso. perfecto. santísimo. eterno y perpetuo.

Se mato; dira el vulgo respetable y ajeno. Murio por amor, diran otros. Su vida era miserable y horrible.

Entonamos en este cementerio camposanto líneas en latín con un canto a voces agudas entre chelos y calvicordios, alguna trompeta y un varitono.

Sui caedere. 1000 almas al dia se entregan al placer final de la muerte por iniciativa propia. Y con esa imágen de vidas apagandose nos hundimos nuevamente en la exquisita angustia eterna de esperar el final. Resquiescat in Pacem.