martes, 25 de agosto de 2009


domingo, 2 de agosto de 2009

Enseñanzas del inframundo

Llegar al él no es díficil. Es una seducción perfecta. Es lo prohibido, lo malcioso, lo perverso, lo delisiosamente maquiavelico que te seduce como el escremento a las moscas y escarabajos.
Su olor es fetido y, aunque el hombre lo sabe preligroso, no se detiene ante el.
Cercena, destruye, hiere, carcome con naturalidad dañando a los otros sin remordimienos y sí; con singular placer.
Sin saber abrio la puerta.
Luego, ocurre. Tras cometer los actos del lado impensable, la escencia de su humanidad se evapora y esa mente retorcida ve aquella entrada a un viaje sin retorno. Quedará atrapado para siempre y su existencia maldita no tendrá descanso, pues la venganza del otro, de los otros; le alcanza como el fuego de una explosión. La maldición de aquellos esta dada.
Ahi llegan los difuntos. Uno a uno. Dicen los mas viejos. Los mas primeros.
Ahí llegamos todos con nuestras imperfecciones humanas y con nuestras carencias, miedos y torpezas.
Antes o después moriran. Si; tod@s moriran para desde el inframundo contemplar la perfección del fin de los tiempos desde este cementerio camposanto.