viernes, 28 de junio de 2013

Nupcias con la mortandad


El dolor es un ensayo de la muerte... el paraíso deviene en infierno...

morituri te salutant

¿Acaso toda belleza es triste? Observo nuevamente este espacio que me rodea, asfixia mi mente calcificada por la edad, dilapidando ideas que carcomen sinapsis y neuronas intoxicadas de ti.
Escucho esa voz aguda de soprano que me trasporta en una espesa niebla helada.
Este dolor es nuevo para mi, no es dolor físico, es un dolor etéreo, que deviene del interior de uno, de ese uno que no sabría explicar medico alguno. Ese ser metafísico construido en teorías teológicas sufre y se desgarra. Unos dicen que se muere de amor, por decepción de eso que llaman ser. El ser y la nada que son lo mismo. esa nada que duele, esa nada que resulta de la impotencia de ser.
¿Sabes? te he llorado. ¿Y qué? de igual forma el llanto solo es un reflejo de ese extraño dolor que siento y se torna infinito.
Un piano suena al fondo, con sonido sórdido, lejano, extraño y desgarrador. ¿Acaso es el sonido de tu recuerdo distante? Aún mantengo aferrados a estas manos los recuerdos de los momentos en que me llenaste de felicidad y me matabas lentamente. Esa muerte chiquita. Ahora estoy acá, solo, meditabundo y ausente de mi mismo.
Es justo aquí, en la catarsis cuando llegas tu y me conduces nuevamente a las rejas que me sumergirán en este cementerio camposanto.



 

martes, 4 de junio de 2013

negatio aeternam


Bleeding tears by candelight < la ilusión que da la esperanza
Acto uno:
Mi espíritu, como mis vértebras,
Implora ardiente el reposo;
El corazón lleno de pensamientos fúnebres,
 Voy a tenderme de espaldas
Envolviéndome en vuestros cortinados,
"¡Oh, refrescantes tinieblas!"

Acto dos:
Estaba yo muerto, inesperadamente, y la famosa aurora
Me envolvía.— Y, ¿qué? Entonces, ¿no es más que esto?
La cortina se había alzado y yo esperaba todavía.

Acto tres:
¡Oh, Muerte, venerable capitana, ya es tiempo! ¡Levemos el ancla!
Esta tierra nos hastía, ¡oh, Muerte! ¡Aparejemos!
¡Si el cielo y la mar están negros como la tinta,
Nuestros corazones, a los que tú conoces, están radiantes!
 ¡Viértenos tu veneno para que nos reconforte!
Este fuego tanto nos abraza el cerebro, que queremos
Sumergirnos en el fondo del abismo, Infierno o Cielo, ¿qué importa?
¡Hasta el fondo de lo Desconocido, para encontrar lo nuevo!

Epílogo de la epígrafe
"incomprendido por contemporáneos y sin éxito en vida" solo en vida, no así luego de dejar de existir. Éxito, si éxito ¿de que fin y propósito?
Arde mi pecho como hoguera inquisitoria, destructora de pecados, de malos pensamientos y de la pecaminosa carne.
Arde mi pecho, tomo una botella de whiskey y bebo un gran sorbo. No deja de arder. Enciendo papel arroz con cannabis sativa y no deja de arder.
Es la decepción del amor negado? es la impotencia de no poder poseer tu cuerpo? es acaso esta inmensa soledad que no se llena?
Agotado y a la vez ansioso, expectante.
¿Qué? ¿Cómo? ¿Tu otra vez? !Voz cavernosa aléjate de mi mente¡
Desgarro nuevamente mi piel , flagelo mi espalda hasta hacerla sangrar, corto mis muñecas, cerceno mis orejas, y !el ardor del pecho sigue aquí¡
Esta bien, me rindo ante tu magnificencia, su señoría, mi verdugo, mi elixir. Dame ya de ese cáliz, la sicuta - Conium maculatum - que me arrebata la respiración y me entrega a ti, así abnegadamente´.
Quedo así de ti, aquí en este cementerio camposanto.