sábado, 4 de febrero de 2012

Absens materno dolor


Eterna ausencia
Aquí esta mi cadaver que ahora es solo huesos. Milenios han pasado desde que sentado queda aqui, esperando. El señor del Xibalbá me llevo al inframundo, pero se que fuiste tu la que realmente decidio. Una enfermedad dicen que fue el conducto a tu mortaja, se que no es así. Despues de tanto dolor y sufrimiento quede en trance mortuorio, hipnotizado por tu hechizo, trepanado, sangrante con la piel del craneo agrietada y escurriendo de rojo liquido, mi rostro empapado quedo. Cochinilla pense que era tras pintarme la cara de rojo para el ritual a los dioses. Algunos les han arrancado el corazón palpitante, ¿y tu? Gozosa observaste, babeante de delirio tomaste sus vidas en tus manos y los llevaste a la ausencia.
Intlaneshtla intonatiu, el sol brillaba y tu reias de nuestra desgracia que es tu fortuna. Mi madre se que sufrio, bien lo se. La madre tierra, la pacha mama, la madre del maíz el señor del ometeotl es el unico que puede retarte por que de ti no depende su destino.
Mi carne ha sido devorada por los gusanos, mis huesos quedaron expuestos y los hombres aun vivos me exponen en esta vitrina en nombre de la ciencia moderna.
Los visitantes observan mis huesos con curiosidad, con una mirada perversa y morbosa, los hombres gozan de ver tu obra, gozan de ver los cadaveres mutilados y sangrantes.
Pero malditos sean aquellos que con morbo me miran, al final ellos estaran también aqui puteractos, pestilentes y morbidos en est cementerio camposanto.