viernes, 28 de junio de 2013

Nupcias con la mortandad


El dolor es un ensayo de la muerte... el paraíso deviene en infierno...

morituri te salutant

¿Acaso toda belleza es triste? Observo nuevamente este espacio que me rodea, asfixia mi mente calcificada por la edad, dilapidando ideas que carcomen sinapsis y neuronas intoxicadas de ti.
Escucho esa voz aguda de soprano que me trasporta en una espesa niebla helada.
Este dolor es nuevo para mi, no es dolor físico, es un dolor etéreo, que deviene del interior de uno, de ese uno que no sabría explicar medico alguno. Ese ser metafísico construido en teorías teológicas sufre y se desgarra. Unos dicen que se muere de amor, por decepción de eso que llaman ser. El ser y la nada que son lo mismo. esa nada que duele, esa nada que resulta de la impotencia de ser.
¿Sabes? te he llorado. ¿Y qué? de igual forma el llanto solo es un reflejo de ese extraño dolor que siento y se torna infinito.
Un piano suena al fondo, con sonido sórdido, lejano, extraño y desgarrador. ¿Acaso es el sonido de tu recuerdo distante? Aún mantengo aferrados a estas manos los recuerdos de los momentos en que me llenaste de felicidad y me matabas lentamente. Esa muerte chiquita. Ahora estoy acá, solo, meditabundo y ausente de mi mismo.
Es justo aquí, en la catarsis cuando llegas tu y me conduces nuevamente a las rejas que me sumergirán en este cementerio camposanto.