domingo, 7 de febrero de 2010

El irremediable olvido..

Terminó. El diá que espere llego sin remedio. Con dolor y desesperación. Aqui estoy, cremado o enterrado entre gusanos y oscuridad. Algunos sufrieron por mi, para otros nadie recuerda. Mi cadaverico ser yace aqui hace mucho. Con los años las flores de cempasuchitl dejaron de llegar, nadie trajo piedras a mi tumba en mi recuerdo. Eso concluyo hace decadas.

Es inevitable el olvido cuando llega la no existencia, cuando la carne deja de ser de color, cuando la sangre deja de fluir por las arterias, y el oxigenono circular por los pulmones; cuando el alimento se queda atrapado en los instestinos y se pudre en las entrañas.

Llega el olvido de los que alguna vez fueron queridos. La anecdota de lo que se fue en vida es eso, una platica de sobremesa entre los que una vez cocnocí. Pero esta injusticia no sera solo para mi, para ellos los no muertos pasara lo mismo, seran solo un recuerdo esporadc y vano. Sus cenizas y cuerpos que alimentan el apetito voraz de insectos y plantas también seran olvidados.

Es una regla que se cumple, una maldición, o no, que continua eterna, hasta el fin de los tiempos en este cementerio camposanto.