¿Soñé o acaso estoy despierto? La existencia se escurre
entre polvosos pensamientos que añoran tiempos pasados. Los juglares de mi
juventud me invitan a caminar entre sombras, besos perdidos con sus promesas
falsas. Ellas se han ido, me olvidaron. Pero yo no a ellas. Están más presentes.
Ondas en el lago se expanden entre sinapsis, vacío y decepción. Al borde de la
ceguera, olvidado, entre el dolor más intenso, aparecían imágenes de sus
cuerpos entre mis brazos, llenándome de placer carnal. Un insecto fui, inútil,
nauseabundo. Recordado por mis padres y hermanos. Pero ellas no acudieron. Mi nahual
estuvo ahí, pendiente de mi visita al lado oscuro. Regresamos juntos, pero él
se fue al cerro a seguir esperando…
Avanza la madrugada y yo sigo aquí sin estar […]
Avanza la madrugada…
¿En dónde están los sueños?
¿Cuándo el cansancio quedo olvidado?
La oscuridad ronda otra vez, me embriaga este extraño estado
onírico… ¿Acaso ya estoy dormido? ¿Despierto? Olvide dormir.
Avanza la madrugada, mi vista cansada, mi cuerpo debilitado.
Acaso “ellos” que me acompañan e inspiran despertarán nuevamente, latentes,
pacientes…
El piso es más inmenso de madrugada y ahí en la oscuridad surge
la llama ¿Amarilla, naranja? Cadente…
La maravillosa tristeza…
¿Acaso en este limbo no puede existir la maravillosa, la
dulce tristeza que embriaga el corazón de oscuridad? …]
Avanza la madrugada y los sonidos de las aves a la distancia
anuncian el amanecer. Amanecer que, al parecer, no llegara para mí, todo este
dolor me muestra un solo sendero entre calles y avenidas, entre cerros y
brechas, entre pantanos y ciénegas… ahí al final de mi camino está el cementerio
camposanto…